Por: Hernández García Ivan
Alejandro.
Bueno, trataremos de
responder a la pregunta ¿Desde el punto
de vista de Mary Midgley es aceptable considerar a la ciencia y a la religión
como rivales o competidores? desde este punto de vista no es posible considerar
a la ciencia y a la religión cómo rivales o competidores ya que ambas son
prácticamente salidas y creadas desde la imaginación de los humanos, de este
modo tendrían ciertas características que las hacen semejantes y con esto sería
difícil decir que una es verdadera y que la otra es falsa, de modo que si las
comparamos se contrastarían mucho al mismo tiempo que compartirían posiciones,
sería una paradoja ponerse de un solo lado.
Como ya es sabido, los teóricos tienden a tratar los asuntos
terrestres no humanos como cuestiones puramente científicas, mientras relegaban la idea de transacciones
espirituales con todo lo no humano a un cajón menos respetable llamado religión,
Brian Appleyard, en un reciente libro, por lo demás bastante sensible a los
peligros del cientificismo, se quejaba de que “las crueles verdades de la
ciencia destruyen el alma de la humanidad”, cuando el problema de la ciencia no
es en absoluto que diga verdades que no sean bien recibidas, sino que su
prestigio obscurece otras verdades que de ningún modo están menos instituidas
ni tienen menos importancia. La ciencia en particular se extendió de tal manera
que hizo imposible su aislamiento.
La ciencia solo trata de hechos, que es un
banco de memoria no ideológico y libre de valoraciones, un patrón de
información terminantemente económica pues que remplaza las fantásticas
ilusiones de la religión, solo pretende mostrar como todo nuestro pensamiento,
procede de nuestra imaginación, hasta qué punto necesitamos reconocer esa deuda
y enfrentaremos a sus consecuencias.
Algo que tenemos que tomar en cuenta es
que al discutir todo esto es esencial que quienes no son científicos no
terminen declarando la guerra a la ciencia. Es que el resto de nosotros fuera,
o dentro de la ciencia, estamos hasta cierto punto bajo el influjo de la
ciencia, bajo el influjo de esta esperanza de que tenga de algún modo la
respuesta fundamental a todo. Se trata
de una parte fundamental del equipamiento mental que precisamente todo estudio
que se considere serio.
Otro de los problemas del culto a la
ciencia es su exclusividad. La obsesión con el método científico hace que la
gente ignore otros temas y se olvide de que hay otras disciplinas mentales, por
ello es realmente difícil cambiar estereotipos tan atrincherados. Como para la
física moderna que ya no funciona el modelo de mecanismo de relojería.
Pandit Nerhu, dirigiéndose al National
Institute of Science de la India en 1960, afirmo:
Solo
la ciencia puede resolver los problemas de hambre y pobreza, de sanidad y de
analfabetismo, de superstición y de costumbres y tradiciones de mala muerte, de
que se malgasten enormes recursos, de que un país rico este habitado por gente
hambrienta.
Lo que yo me pregunto ¿Sólo la ciencia?
¿Acaso no necesita la ayuda de leyes, administradores, políticos, sentido
común? Es ridículo pensar que la ciencia dará respuesta a todo, pero es que el
resto de nosotros, fuera o dentro de la ciencia, estamos hasta cierto punto
bajo el influjo de esta esperanza, de que la ciencia tenga de algún modo la
respuesta fundamental para todo.
Las falsas esperanzas tienden a aparecer
allí donde no hay un sustrato comunitario coherente que las ponga en tela de
juicio.
Jackes Monod tranquiliza a los científicos
diciéndoles que la ciencia ha respondido ha respondido a muchas preguntas, hasta demostrar que la vida no tiene
realmente significado –a excepción de que, por alguna oculta razón, es
importantísimo seguir haciendo ciencia.
A lo que lleva, si la ciencia hace la vida
más fácil y la simplifica más para tener más comodidades, ¿qué pasará cuando se
alcance al 100 % esto? ¿Qué seguirá después?
J.D. Bernald proclamo lo siguiente:
Una vez aclimatado a vivir
en el espacio, es improbable que el hombre se detenga hasta que haya recorrido
y colonizado la mayor parte del universo sideral, o que ni siquiera sea este el
final. El hombre finalmente no se contentará con ser un parasito de las
estrellas, si no que las invadirá y las organizara para sus propios fines. No
se permitirá que las estrellas continúen funcionando como antes, sino que se
las convertirá en motores de calor. Por medio de la organización inteligente,
la vida del universo podría prolongarse probablemente millones y millones de
veces más de lo que lo haría sin organización.
Hablando de algo que es muy popular en la
actualidad, algo que ya es indispensable en muchos lugares, ósea de las
computadoras u ordenadores, por lo pronto sabemos que los ordenadores no son
realmente la fuente de nueva inspiración. Por supuesto que han demostrado ser
herramientas extremadamente útiles para quienes saben utilizarla correctamente;
esto es para aquellos que ya son pensadores originales, que ya saben hacer las
preguntas correctas. Pero para las personas que los desconocen, que son la
mayoría, los ordenadores esencialmente generan más de lo mismo o incluso algo
peor. Como afirman con tanta elegancia quienes los emplean, “basura que entra,
basura que sale”. Esto es creación de la ciencia, pero, es grandiosa la
paradoja ya que en los ordenadores inclusive se puede hablar de religión y
puede que sea un gran instrumento de comunicación para hablarlo con más y más
personas, no sólo de una región o colonia, sino que también puede ser alrededor
del mundo.
Muchas culturas, decía Lewis, no vinculan
en realidad lo numinoso, de lo mágico, de lo aterrador, de lo misterioso, de lo
sobrehumano y del sentido de la moral.
La religión no moral y la moralidad no
religiosa existieron y todavía existen. En todo estadio del desarrollo religioso,
el hombre puede revelarse [en contra de su unión] Puede cerrar sus ojos
espirituales frente a lo Numinoso, si está dispuesto a aislarse de la mitad de
los grandes poetas y profetas de su raza, de su propia niñez, de la riqueza y
profundidad de la experiencia desinhibida. [O] puede considerar la ley moral
como una ilusión, y con ello separarse del fundamento común de la humanidad.
Puede negarse a identificar lo Numinoso con lo virtuoso, y seguir siendo un bárbaro,
adorando la sexualidad, la muerte, la fuerza de la vida o el futuro. Sin
embargo el coste es elevado.
Algo que es genial es que muchos
científicos están comenzando a relacionar el temor y la admiración por la
naturaleza, lo que en realidad es un motivo básico de su trabajo, con la
creciente preocupación por la situación del planeta.
Como conclusión podemos afirmar que en
efecto, la ciencia y la religión no cuentan con grandes diferencias, pero, los
científicos y algunas personas quieren marcar mucho las pequeñas diferencias
que hay, aunque en alguno aspectos parece ser que la ciencia sale victoriosa en
algunos casos, no debemos pasar por alto que otras verdades no tienen ni
tendrán menos importancia que la que diga la ciencia, de este modo también
podemos decir que la ciencia no puede hacer todo ella sola, necesita de más
“ayuda” que solo científicos. Ambas son salidas del hombre, de la imaginación
del hombre, citare a continuación a Savater para concluir este texto:
Las máquinas no son inhumanas. Por el
contrario, son más humanas que nosotros mismos, ya que ellas son diseñadas y
construidas por los humanos, mientras que nosotros provenimos de un plan
biológico, del azar de los genes de una cadena de ADN.
Con esto podemos afirmar que aunque una o
la otra sea correcta (relativo a la persona que se lo cuestione) ambas son
humanas y ayudan al desarrollo del ser humano, y para llegar a esta conclusión se necesitan discusiones con argumentos y contraargumentos, para así llegar a esto que le presentamos al lector.